Te suaviza el amor y mientras creces
te acercas y te alejas, te haces nueva
agua que se desliza entre paredes
que lejanos motivos estremecen.
Tu voz me trae ecos de otras voces
en que mi propia voz se hacía entera
voz que tal vez tuvieran las abuelas
que no conocerás, y en ti se mecen.
Entender sin engaño yo quisiera
y explicarte, mi niña, las sandeces
que al descubrir lo frágil nos dan fuerza,
que hacen grande a la vez que empequeñecen
que nos hunden y luego nos elevan.
O me lo explicas tú. Tal vez entiendas.
(15-5-92)
Nota de Fernanda: transcribiendo este poema me doy cuenta de que se dirigía a mí.
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