Si de elegir se trata, es el olvido
lo que zumba en mi oreja cada día
y la memoria, oveja arrepentida
retrocede cobarde entre balidos.
El moscardón insiste, ha invadido
lo que fui y lo que quise en las esquinas
de una ciudad que parecía mía
y se escapó como aire inadvertido.
Nada puedo elegir, no hay disyuntiva
ni nacimiento propio ni de otros
ni locos alegres, ni en sordina
deseos apagados, ni destrozos.
Tabla rasa, viviendo cada día
lo que trae con esto y con lo otro.
(Fechado el 9 de julio de 1992)
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